LA "SORDERA" DE DIOS

“¿Quién es ciego, sino mi siervo? ¿Quién es sordo, como mi mensajero que envié? ¿Quién es ciego como mi escogido, y ciego como el siervo de Jehová…?” (42:19)

Las dos primeras preguntas parecen referirse a Israel, el pueblo que Dios eligió para ser luz a las naciones, heraldo de su verdad. Lamentablemente fracasaron y se dejaron arrastrar por sus vecinos paganos hasta el punto de obrar aún peores cosas que ellos. Así sucede hoy con los que habiendo conocido a Jesucristo y su Palabra, después permiten que los vuelvan a engañar y se dejan controlar por el pecado, su estado viene a ser peor que antes.


En efecto, Israel a lo largo del tiempo siempre fue duro de cerviz, continuamente dejaban a su Dios y se iban en pos de los ídolos y la fornicación, actitud que les costó mucha disciplina de parte del Señor. Sin embargo, aún con azotes no entendían… ¿Algún parecido con el cristiano de hoy?
Sin embargo, es la última pregunta la que parece concernir a Jesucristo. En este caso, se refiere a su resistencia para soportar los sufrimientos y los reproches, como si él ni hablase ni oyese. Aquí hay pues una conversión a manera de contraste de la ceguera moral de Israel a la paciente ceguera y sordera del Mesías, quien como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.

También el Salmo 38:13-14 nos ilustra su actitud: “Mas yo, como si fuera sordo, no oigo; Y soy como mudo que no abre la boca. Soy, pues, como un hombre que no oye, y en cuya boca no hay reprensiones”.

No hay comentarios: